El Arzobispo Metropolitano, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., participó con todos los seminaristas de la Arquidiócesis en una jornada espiritual de preparación para la peregrinación que nuestro Seminario Arquidiocesano “San Juan María Vianney” realizará próximamente a Trujillo.
Cerca de 60 seminaristas entre filósofos y teólogos junto con sus formadores, irán al encuentro del papa Francisco y participarán en todas las actividades programadas con el Santo Padre, especialmente en el Encuentro con Sacerdotes, Consagrados, Consagradas y Seminaristas.
La jornada comenzó con la celebración de la Santa Misa a la que siguió un largo momento de Adoración Eucarística, donde se pidió por los frutos de la próxima Visita Apostólica del Papa Francisco al Perú, para que ella produzca frutos de santidad, unidad y esperanza en todos los peruanos para que así nos renovemos en la alegría de vivir.
Posteriormente se reunió con los seminaristas con quien conversó animadamente sobre que es una peregrinación, cuáles son las características del peregrino, así como los frutos que se buscan en una peregrinación. En base a su reciente Carta Pastoral, nuestro Pastor también reflexionó sobre la persona y el Pontificado del Papa Francisco para de esta manera poder acogerlo a él y a su Magisterio de la mejor manera posible.
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Monseñor explicó a los seminaristas el sentido cristiano de una peregrinación: “La peregrinación es ante todo un acto de devoción y en ese sentido, implica un acto de fe, una actividad espiritual profunda como la oración o la participación en una liturgia, con la diferencia que, al involucrar todo el cuerpo humano y al desplazarlo a un lugar lejano específico, se torna en una actividad especialmente intensa. En este caso es ponernos en camino para encontrarnos con el Señor Jesús en la persona de su Vicario en la Tierra, el Papa Francisco. Queridos Seminaristas: Cada uno de nosotros será en los próximos días un peregrino. Peregrino viene del latín “pellegrinus”: extranjero. El peregrino es el que se desarraiga de sus hábitos, rutina y costumbres habituales para experimentarse «en camino», tal como lo es la vida cristiana”.
En otro momento Eguren Anselmi explicó cuáles son las características del peregrino y los frutos de una peregrinación: “Las características del peregrino son entre otras: La priorización del aspecto espiritual de su visita.
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El deseo de sacar provecho espiritual personal. La aspiración de rezar por uno mismo, por las personas amadas y por toda la Iglesia. La capacidad de aceptar con alegría las dificultades y sufrimientos, especialmente aquellos imprevistos que le imponen la misma ruta o desplazamiento hacia la meta. La alegría, el entusiasmo, la capacidad de compartir con los compañeros de peregrinación. Y los frutos son: Un mayor desprendimiento, libertad y generosidad en la propia vida. Pedir por el perdón de las propias culpas. El enriquecimiento espiritual. El mayor amor a Dios, a la Iglesia y al prójimo, y las gracias espirituales para sí y para las personas amadas. En este caso específico, ir al encuentro del Papa Francisco supone también crecer en nuestra adhesión al Pedro de hoy, el Papa Francisco, y ahondar en el discernimiento y la decisión de responder generosamente al llamado del Señor a ser sus sacerdotes”.