Justiniano Namoc, un veterano pescador del puerto de Cabo Blanco, en Piura, sabe que aquí –donde Hemingway se inspiró para escribir “El viejo y el mar”– no hay autoridad. Lo dice mientras unas diez embarcaciones lanzan sus redes a menos de 150 metros de la costa. “Pescan calamar, cachema, merluza. Nadie las interviene”, añade.
Son bolicheras, con una capacidad de entre 15 y 25 toneladas cada una, que están prohibidas de pescar dentro de las cinco millas marinas, las cuales son exclusivas para la pesca artesanal, según el reglamento de la Ley General de Pesca. Las bolicheras, que son grandes, solo pueden extraer recursos entre las millas 5 y 7, de acuerdo a la norma.
Sin embargo, Carlos Chapilliquén, presidente del gremio de pescadores artesanales de Cabo Blanco, también ha identificado otras treinta bolicheras que pescan ilegalmente en la zona costera. “Son unas diez que vienen de Paita y Sechura, y otras veinte que son de aquí, de Cabo Blanco. Impactan negativamente en la pesca artesanal porque atacan a todos los peces sin excepción”, dice.
En la zona, los pescadores artesanales regularmente extraen especies como caballa, cachema, mero y cabrillón. En cambio, los ilegales, debido a que utilizan redes de fondo, pescan cualquier tipo de especie; incluso aquellas de talla mínima (es decir, cuyo crecimiento es interrumpido y no tienen el tamaño requerido para el consumo humano).
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Cabo Blanco, la caleta de veteranos pescadores como Namoc, estaba considerada dentro de la propuesta para crear la Reserva Nacional Mar Pacífico Tropical, que buscaba proteger el mar de Tumbes y Piura. Sin embargo, este proyecto fue recientemente archivado debido a que no obtuvo consenso.
La Marina de Guerra del Perú dijo que, en junio de este año, iniciará la construcción de dos modernas patrulleras marítimas, que reforzarán las labores de vigilancia a lo largo de toda la costa. Asimismo, las patrulleras marítimas Huarmey y Río Quilca vigilan el litoral norte.
El comandante Ricardo Urdanivia, jefe de operaciones de la Capitanía N° 1, dijo a este Diario que en el norte, además de las dos patrulleras marítimas, la capitanía de Talara cuenta con dos patrulleras de costa. “Son pequeñas, pero operan en la zona. En Cabo Blanco, tenemos un puesto de guardacostas”, precisó.
El año pasado, la capitanía de Talara realizó 55 operaciones e intervino 241 embarcaciones que pescaban ilegalmente dentro de las cinco millas. De estas, 98 eran bolicheras y otras 15 arrastreras. Asimismo, impuso en total 302 multas.
En lo que va de este año, la misma capitanía ha realizado tres operaciones e intervino dos embarcaciones que estaban extrayendo recursos en el área destinada a la pesca artesanal.
Las patrulleras marítimas grandes de la Marina intervinieron 28 arrastreras durante el 2017. En Cabo Blanco, la capitanía de Talara realizó, junto al Ministerio de la Producción, dos operaciones y capturó tres embarcaciones de arrastre.