Con hondo pesar, el padre de Lorena Yarleque, don Fermín, llegó hasta la república de Chile para gestionar el repatriar los restos de su amada hija, quien fue asesinada brutalmente lejos de su tierra y de la protección de su familia.
A través de las redes sociales, sus familiares y amigos, informaban que el ataúd con los restos de la joven madre, ya estaban camino al Perú y en las próximas horas llegaría a su natal La Arena, de donde salió para forjarse un camino y mejorar las condiciones de su pequeño hijo y sus padres.
Como se recuerda, medios chilenos daban cuenta de la muerte de una mujer en extrañas circunstancias. El comisario Héctor Vivero Donoso, de la agrupación de Homicidios tras la autopsia se estableció que la joven falleció a causa de un golpe con un objeto contundente, que generaron lesiones craneanas en la zona interna, no visibles a los primeros peritajes de la zona externa.
Según su familia, había prometido regresar en diciembre para quedarse en La Arena y cuidar a su hijo. Ahora, su ausencia dejará un gran vacío en el corazón de sus seres queridos.
La comunidad de La Arena se une en el dolor para despedir a Lorena, una joven emprendedora y llena de vida que fue arrebatada demasiado pronto. Su memoria vivirá en el corazón de su pueblo.