Tienen una tradición que mantener y saben que lo van a cumplir, pues pese a la muerte de su padre, Catacaos y los cataquenses dispersos en el mundo exigen, reclaman sus roscas.
“Nosotros preparamos durante todo el año, la tradicional rosca de 50 céntimos. Hacemos unas 10 latas de 24 unidades cada una”, indican sus hijos y nietos, orgullosos de su apellido.
“Ahora ya están llegando personas de Piura y de fuera a preguntar si vamos a trabajar y así hacer sus pedidos y separar sus roscas”, agregan.
Los herederos de Manuel Sosa, para esta campaña esperan superar las 30 mil unidades en sus diferentes precios que van desde 50 céntimos hasta S/ 20 soles, las gigantes familiares.
“Todas, con la misma fórmula que nos enseñó mi papá y lleva harina, manteca, azúcar, levadura, bastante huevo, ajonjolí, mejorador y el secreto que nunca se dice”, indica María Elsa, quien desde niña acompañó a su padre en esta tarea.
María Elsa y Socorro Sosa Mejía, son las hijas mayores de don Manuel Sosa Flores, el hombre que durante más de 56 años, acompañó la festividad de las Velaciones con sus sabrosas y siempre buscadas “roscas de muerto”.
Ellas, como parte de los 10 hijos que tuvo don Manuel, tienen la dirección de este negocio familiar al que se suman sobrinos y todos están empeñados que durante el tiempo de Velaciones sus Roscas lleguen a todo el Perú y el extranjero, desde donde las reclaman.
“Pese a todo el trajín de trabajar duro las 24 horas del día, nos vamos a dar un tiempo para visitar la tumba de nuestro padre, dejarle sus flores, orar por su alma y luego volver a la panadería, ubicada en la esquina de Mariano Díaz con calle Libertad”, señala Socorro Sosa.
En ese hogar hermanos y operarios durante una semana, previa a las velaciones, se afanan por brindar “el mismo producto, como lo elaboraba don Manuel Sosa”, comentan.
Para ello se apoyan en su mamá, doña Margarita Mejía Mendoza, como una fiel guardiana de una tradición, quien vela por mantener la tradición y brindar a Catacaos, en Velaciones, las mejores roscas de muerto.