El presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, consideró que un posible cierre del Congreso en caso rechacen la confianza a su gabinete es un último paso al cual el Ejecutivo espera que no se tenga que llegar. Asimismo, dijo esperar que el Parlamento responda de manera positiva a la decisión que anunció Martín Vizcarra de plantear una cuestión de confianza para promover los cuatro proyectos de reforma constitucional.
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«Quien tiene la llave para mantener abierto el Congreso o para cerrarlo, es el propio Congreso. Si no dan la confianza, nosotros (los ministros) nos vamos a nuestra casa, por supuesto. Somos absolutamente conscientes y yo he asumido esa responsabilidad», aseguró César Villanueva en una entrevista.
En ese sentido, el primer ministro reiteró que el objetivo principal del Gobierno con esta cuestión de confianza «es conseguir las cuatro reformas constitucionales, no cerrar el Congreso».
«Hay una miopía política gigantesca. Quien ya quitó la confianza al Congreso es la población y esta es una brillante oportunidad para recuperar el diálogo y los procedimientos constitucionales aprobando, en los plazos definidos, las cuatro propuestas y, en segundo lugar, la convocatoria al referéndum», añadió.
El primer ministro señaló que la presentación de la cuestión de confianza no es «un drama o un caos», sino un momento interesante porque se traduce en una oportunidad para que el Parlamento demuestre que la «democracia funciona».
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«Tenemos la mejor oportunidad de demostrar que la democracia funciona, porque si no demostramos eso, cualquier aventura política va a tener un terreno abonado para tomar el país […] Por eso el Presidente ha exhortado que, a pesar de estas dificultades, todos los congresistas de buena voluntad nos juntemos en esta ruta par aprobar las reformas», manifestó César Villanueva.
También procedió a rechazar las críticas que recibió el mensaje a la Nación de Martín Vizcarra por partes de congresistas de Fuerza Popular, como Luis Galarreta o Karina Beteta, que consideraron la cuestión de confianza como una decisión dictatorial o golpista.
«Si fuéramos golpistas no estuviésemos yendo al Congreso nosotros, encabezados por el presidente (Martín Vizcarra), no hubiéramos estado esperando pacientemente 40 días sin que haya un solo dictamen», indicó.