Mañana, 14 de febrero, los fieles católicos de Piura y de todo el país, celebran la fiesta religiosa de miércoles de ceniza, punto de partida de cuaresma donde no solo debemos buscar el perdón divino sino prepararnos para acompañar a Jesús en su sacrificio por salvar al mundo del pecado. Para el padre Kelvin Ipanaqué Bruno, sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, esta actividad religiosa nos invita a analizar el propósito de nuestra existencia y observar los frágiles que somos. “Del polvo vinimos y al polvo regresamos, eso nos hace ver la santa cruz hecha con las cenizas en la frente de cada uno de los que participamos de la Eucaristía”, reflexiona.
El reverendo padre indicó que el miércoles de cenizas no es un tiempo de fiestas o vacaciones, es un tiempo de familia, de acercamiento al triduo pascual y acompañamiento a Jesús por todo el proceso hasta su resurrección y su ascensión al lado del padre.
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“No es un tiempo de facilismo, ni de consumismo, son tiempos difíciles en los que debemos abrir el corazón al prójimo, a la misericordia de Dios. El mensaje, sobre todo para los jóvenes, es de acercamiento a Dios, a las parroquias para participar de las actividades que tenemos preparados. Para que cuando llegue la Semana Santa, acompañemos de corazón a María, a José y Jesús, que dio la vida por nosotros”, indicó.
Recordemos que le miércoles de ceniza, representa el paso de Jesús caminando por el desierto, por lo que llama al sacrificio, “al ayuno, a la penitencia para lograr que se curen los pecados de los fieles católicos”, finalizó el padre Kelvin. Luego de esta celebración, sigue el camino de conversión que nos lleva a participar del Triduo Pascual, del domingo de ramos, la entrada de Jesús a Jerusalén, para luego participar con mucha fe de la pasión y muerte de nuestro salvador.