Al menos 31 personas murieron en Portugal por los incendios que desde el domingo devastan varias regiones del país, según un nuevo balance provisorio comunicado el lunes por la defensa civil.
«Podemos confirmar la muerte de 31 personas en los distritos de Coimbra, Castelo Branco, Viseu y Guarda», situados en el centro y norte de Portugal, declaró en una conferencia de prensa la portavoz de Defensa Civil, Patricia Gaspar.
El domingo había 440 fuegos declarados en Portugal, «el peor día desde principios de año», afirmó Gaspar.
El primer ministro, Antonio Costa, declaró el «estado de catástrofe» en el país, donde el domingo por la noche 3.700 brigadistas lucharon por apagar los 26 incendios de gran envergadura que estaban activos.
El fuego fue atizado por ráfagas de viento de hasta 90 kilómetros por hora originadas en el huracán Ophelia, que avanzaba por el norte de la costa española hacia Irlanda.
La región de Galicia también registró diferentes focos de incendio. El presidente del gobierno regional, Alberto Núñez Feijóo, dijo el domingo que había quince focos de fuego activos en esa región del noroeste de España y que «la situación es crítica» con zonas urbanas amenazadas.
Los incendios han movilizado a miles de brigadistas, que actúan apoyados por soldados y por los habitantes de la zona.
Según las previsiones meteorológicas, el lunes debían bajar las temperaturas y registrarse lluvias, que podrían ayudar a los brigadistas a controlar el fuego.
El secretario de Estado de Administración Interna de Portugal anunció a primera hora de la noche del domingo que la mayoría de los incendios habían sido provocados, ya que se han declarado en terrenos de pastoreo y justo un día antes de que se anunciase la llegada de la lluvia.
En la vecina Galicia, las llamas lo están calcinando todo, especialmente el sur. Este fin de semana había más de un centenar de focos activos y, en parte gracias a la lluvia, ahora quedan unas decenas. Cuatro personas han fallecido carbonizadas en la Comunidad Autónoma española y los servicios de Emergencias y efectivos de la UME (Unidad Militar de Emergencias) continúan trabajando en las labores de extinción para evitar que las llamas se extiendan por núcleos urbanos como Vigo (casi 300.000 habitantes, la ciudad más poblada de Galicia).
Con información de Andina y El País