Pasó exactamente un año desde que Pedro Pablo Kuczynski , entonces presidente de la República, nos diera una noticia bomba el mismo día de Nochebuena: había decidido indultar al ex mandatario Alberto Fujimori , quien ya había purgado 12 años de su condena, luego de salvarse de ser vacado del cargo en el Congreso gracias a los votos de legisladores fujimoristas, encabezados por Kenji Fujimori, que luego renunciarían a Fuerza Popular y, a la postre, serían suspendidos y denunciados penalmente por supuestamente haber aceptado dádivas del Gobierno.
Redacción
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La noticia se hizo pública cayendo la noche. A las 6:58 de la noche., se dio cuenta del comunicado del Gobierno en el cual sostenía que el 11 de diciembre de 2017 Fujimori presentó ante el INPE una solicitud de indulto y derecho de gracia por razones humanitarias para que no sea objeto de los procesos que tenía pendientes. Una junta médica lo evaluó y determinó que padecía una enfermedad “progresiva, degenerativa e incurable, y que las condiciones carcelarias significan un grave riesgo a su vida, salud e integridad”.
La decisión de Kuczynski, tantas veces rumoreada y negada, ocasionó que en la encuesta de Datum, con fecha de campo del 5 al 9 de enero, publicada en Perú21, aumentara de 67% a 75% su desaprobación como jefe de Estado.
Empero, la población estaba dividida sobre la libertad de la que gozaría el ex mandatario. Mientras el 52% decía estar de acuerdo con el beneficio al que había accedido Fujimori, el 45% tenía una posición contraria. Vaya noticia.Lo que vino después fue el pedido de los deudos de La Cantuta y Barrios Altos, representados por el Instituto de Defensa Legal (IDL), ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH) para que se revise el indulto, ya que aseguraban que este no se otorgó por razones humanitarias sino por motivaciones políticas.
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A fines de mayo, la instancia supranacional declaró que el Estado peruano no cumplió con las obligaciones internacionales de investigar, juzgar y sancionar las violaciones de derechos humanos de este caso y ordenó al Perú que ejerza control sobre la medida.
Sumado a ello, el Colegiado B de la Sala Penal Nacional resolvió el 20 de febrero no aplicar a Fujimori el derecho de gracia que le concedió Kuczynski en el caso de la matanza de Pativilca, en 1992, con lo cual podría ser procesado por los delitos allí cometidos.
Pero quizá el mayor revés para el ex presidente se dio en octubre. El 3 de aquel mes, el Poder Judicial revocó el indulto y ordenó que el ex mandatario sea reconducido a un penal para cumplir lo que resta de su condena de 25 años por La Cantuta y Barrios Altos.
Ese mismo día, Fujimori fue internado nuevamente en la Clínica Centenario, evitando cumplir con el mandato judicial. Hasta hoy se encuentra allí, casi tres meses después.
Fuente: Perú 21