No nació en Piura, pero lleva esta región en su corazón. Hace casi 30 años llegó a estas tierras para seguir con su misión pastoral. Hoy es uno de los más entusiastas sacerdotes del arquidiócesis, en especial de la parroquia Santísimo Sacramento. En esta edición de #PiuranosEnElBicentenario conocimos más del padre José Guillermo Uhen, quien nos contó pasajes de su vida y su amor por nuestra ciudad.
Sus ganas de ayudar al prójimo logró que el padre José Guillermo se convierta en un personaje representativo de Piura. Pues gracias a su ardua labor, sabiendo que se expone a contraer la enfermedad, consiguió ocupar un lugar en el corazón de cientos de piuranos.
Según nos detalló, desde que pisó Piura, supo que había mucho que trabajar, en especial en algunos asentamientos humanos que carecían de cosas necesarias. Sin embargo, se sorprendió al ver que, pese a las necesidades, su amor y fe en Cristo podía más.
El padre Guillermo arribó a Piura un 22 de agosto de 1993, porque él lo decidió así. Según relató, buscó desarrollar su misión en el país de los incas al enterarse que tres sacerdotes fueron asesinados por Sendero Luminoso. Solo por servir a la gente y apoyar a quien lo necesitaba.
“Yo vi que 3 sacerdotes fueron asesinados hace 30 años por Sendero Luminoso. Solo por servir a la gente, y la verdad me impresionó que un sacerdote diera la vida, entonces yo quería ser misionero y dije que Perú era el lugar que merecía. Yo lo solicité, escribí una carta y me la recibieron y así es como llegué a Piura”, dijo el eclesiástico.
Además, con entusiasmo, contó que a su arribo no tenía conocimiento alguno sobre la región a la que había designado. No obstante, “confiaba en que Dios iba lograr que se haga un buen ministerio” junto a otros sacerdotes que hoy en día aprecia demasiado.
“Cuando llegué noté mucha necesidad, pobreza, casitas humildes, sin agua y desagüe. Yo vi esa realidad y me impresionó mucho, quedé asombrado, entonces decidí que mi trabajo sería motivarlos a desarrollarse y logren surgir. Pero para ser honesto, lo que me impactaba en ellos era su fe, porque «a pesar de su necesidad confiaban en que Dios los iba a ayudar”, rememoró.
Asimismo, recordó que, a su llegada, tuvo un recibimiento grato por parte de los integrantes del Santísimo Sacramento. Allí lo cobijaron de una manera única y lo hicieron sentir que tomó una de las mejores decisiones de su vida.
SUS INICIOS EN EL MUNDO CATÓLICO
Proveniente de una familia 100% católica, el padre Guillermo nos contó cómo decidió ser sacerdote y quien fue su principal inspiración para dar este paso. Indicó, que María Teresa de Calcuta y el monseñor Oscar Romero, fueron dos de sus grandes referentes para que pueda servir a los demás. En este punto, señaló que su abuela también jugó un papel importante en su decisión.
“Cuando estaba bien niño, como de seis años, mi hermano estaba viendo un programa de televisión. Entonces un animador hacía preguntas sobre qué querían los niños ser de grande y él responde que quería ser policía. Entonces, mi abuela lo escuchó y dijo que le hubiera gustado que haya respondido sacerdote, yo la escuché y me quedé con eso”, precisó. Años después, su hermano menor también siguió su vocación y se convirtió en sacerdote.
AYUDA EN MEDIO DE LA PANDEMIA
La entrega de ayuda durante este tiempo de crisis sanitaria fue una de las actividades que más realizó el padre Guillermo. Se despojó del miedo a contagiarse, porque sus ganas de ayudar a los demás pueden más.
“He visto a muchas familias necesitadas, pero gracias al gran trabajo del equipo de Santísimo Sacramento se ha logrado contribuir con ellos de alguna manera. Me impresiona mucho la labor que realizan (…) Agradezco a Dios, realmente yo creo que la generosidad existe, he visto a muchas personas superar las dificultades. Soy testigo de la generosidad del piurano, acá hay mucho que celebrar, son personas de bien”, puntualizó.
Sobre su miedo a contagiarse, dijo que todo se lo deja a manos de Dios, pero que está seguro que siempre es cuidado y bendecido y que nada malo le puede pasar. “Confío en el señor, él me da la tranquilidad, es el que me motiva para seguir”.
SU SEGUNDO HOGAR
“Yo estoy tan contento de estar aquí (Piura), que si Dios lo permite me quedaré el resto de mi vida. Yo creo que este es el único lugar en el que voy a vivir hasta el final. El pueblo me mantiene joven. No hay una edad que limite mis acciones”, fue lo que declaró el sacerdote Guillermo al consultarle sobre su estadía en la región Piura.
Señaló que no está dentro de sus planes irse de Piura, al contrario, agradece la acogida y el cariño que le tienen muchos piuranos. Su misión continúa siendo el seguir apoyando a las familias necesitadas, para que así lo recuerden como la gran persona que fue.
“Quiero que me rememoren como lo que soy, una persona creyente, hijo de Dios. Yo soy uno más entre el pueblo, con amor y cariño. Soy un ser humano como otros y estoy en el camino de mejorar, de aprender, y de impartir buenos ejemplos”, enfatizó.
Destacó la gastronomía peruana y confesó que el lomo saltado y el sudado son sus platos preferidos. Sin embargo, dijo que su principal hobby es fotografiar el atardecer piurano, que considera uno de los mejores del mundo por la belleza que trasmite. Además, de leer algunos libros e incursionar en la preparación de pan, que lo comparte con algunos integrantes de la iglesia.
Sobre la realización de misas de manera virtual, aseguró que estas continuarán haciéndose hasta que todo acabe. Destacó la importancia de las plataformas digitales que permiten llegar a todas partes, sobre todo a aquellos que por el contexto de la pandemia de pueden acudir a escuchar la palabra de Dios.
Nuestro invitado se despide de esta amena entrevista, no sin antes recordar con nostalgia a su padre, que falleció cuando apenas tenía 5 años de edad. Además, pide a los piuranos a continuar creyendo en Dios y nunca perder la fe.